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jueves, 1 de agosto de 2013

Invitación del autor

Este blog es un lugar de encuentro y reflexión sobre los temas que trata el cuento
¿Se puede ser feliz?
(reflexiones de un burro)
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.Invito cordialmente a todos los lectores a emitir sus opiniones sobre el libro y dialogar sobres los temas que trata.
Para escuchar todos los episodis del libro:
http://es.radiovaticana.va/news/2012/02/25/un_libro:_¿se_puede_ser_feliz_reflexiones_de_un_burro/spa-566135

martes, 9 de octubre de 2012

Quiero agradecer sinceramente la enorme cantidad de mail que he recibido. No creo merecer tantos elogios.
Este libro es solo un modesto aporte para comprender mejor nuestra fe en medio del mundo en que vivimos.

Muchas gracias a todos

jueves, 6 de octubre de 2011

Adaptación Radiofónica del libro

Con gran alegría puedo contar que Radio Vaticano esta trasmitiendo, todos los miércoles, una adaptación radiofónica de la obra, a cargo de Patricia Jauregui.

miércoles, 10 de enero de 2007

Capítulo I

Cinco viajeras llegaron al cielo y el
cancerbero del cielo les preguntó
quiénes eran:
La Religión, dijo la primera.
La Juventud, dijo la segunda.
La comprensión, dijo la tercera.
La Inteligencia, dijo la cuarta.
La Sabiduría, dijo la quinta.
Identifíquense, les pidió el cancerbero.
La Religión, se arrodilló y oró.
La Juventud, río, y cantó.
La Comprensión, se sentó y escuchó.
La Inteligencia, analizó y opinó.
Y finalmente la Sabiduría, contó un cuento.
Jorge Bucay
(Recuerdos para Damián)
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Todos somos religiosos, aunque algunos quieran negarlo; todos somos jóvenes, incluso los mas ancianos; todos somos comprensivos, aun los mas severos; todos somos inteligentes, incluso los alocados y finalmente todos poseemos sabiduría.
Es a esta sabiduría del lector a la que intento apelar en este libro. Invito a todos a reflexionar "con una mente libre" sobre los temas trascendentales del hombre y a través de esta reflexión, encontrar el camino de la felicidad que tanto deseamos.

Capítulo II

Todos queremos ser felices. Esta afirmación es de perogrullo.
Pero el primer problema surge cuando nos preguntamos ¿Qué es la felicidad?, ¿Que significa ser feliz?.
Si queremos responder estas preguntas notaremos que el asunto se complica.
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Obviamente ser feliz no es estar “siempre riéndose”; esto parece estar mas cerca de la tontera que de la felicidad.
Tampoco es estar alegres o contentos, porque estos pueden ser sentimientos un tanto superficiales; y lo que es peor, sabemos que son efímeros.
Si seguimos pensando el tema, argumentaremos que "felicidad" es el sentimiento que se tiene cuando nos pasan cosas buenas o cuando estamos locamente enamorados. También podríamos decir que es lo que se siente cuando se gana la lotería; o alguien menos exigente dirá que es feliz solo si no le pasan cosas malas.
Así finalmente concluiremos que la felicidad es un sentimiento transitorio que depende de las circunstancias que nos va deparando el camino de la vida.
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La verdad es que difiero absolutamente de esas definiciones de felicidad.
Razones tengo muchas, especialmente porque estoy seguro que la felicidad es otra cosa.
Pero sobre, todo estoy en desacuerdo, porque es una definición que simplemente no funciona.
No funcionan esas definiciones de felicidad simplemente porque nos lanzan en una carrera por el “obtener” o “alcanzar” cosas que nos proporcionan ese supuesto “sentimiento de felicidad”, pero como es un sentimiento efímero, que una vez que se alcanza se termina rápidamente; muy pronto estamos nuevamente en búsqueda de otras cosas que nos inducirán a tener ese mismo sentimiento. Así, finalmente esa búsqueda de la felicidad se transforma en un frenesí que nos termina amargando la vida.
Esto no es ninguna novedad. De hecho lo han dicho muchos pensadores, antiguos y contemporáneos. La mejor prueba de esto es que lo viven actualmente muchas personas. Basta mirar para el lado o basta mirarnos a nosotros mismos.
En realidad, en mayor o menor grado, lo hemos vivido casi todos. Muchos, incluso aquellos que supuestamente han tenido mas éxito, terminan buscando nuevos caminos en alguna "filosofía de auto ayuda", o la angustia los lanza a la droga u otro tipo de alienación.
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Si esta es la realidad, y sabemos que lo es, entonces ¿Qué es la felicidad? ¿Es algo que se puede alcanzar? o ¿Es solo una quimera?.
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En el libro voy desarrollando poco a poco una propuesta para responder a estas dos preguntas. Pero es importante tener en cuenta que la respuesta definitiva debe ser fruto de una reflexión personal y profunda en que seamos capaces, por un lado, de descubrir la diferente profundidad de los sentimientos y por otro, de entenderlos racionalmente, para que finalmente logremos encaminar nuestra vida confiadamente hacia esa paz interior que tanto anhelamos.

Capítulo III

Quizás parezca que este y el próximo capítulo deberían estar mas adelante, sobre todo si el lector es no creyente o pertenece a una religión que no sea cristiana. Incluso alguien podrá sostener que están de mas.
La razón por la que los incluí, es porque para que los siguientes capítulos sean bien entendidos, y no crea el lector, que el autor, que se reconoce católico, está haciendo afirmaciones contradictorias con sus creencias.
También es importante resaltar que son dos capítulos que tienen valor propio y que se refieren a dos temas que han sido, y siguen siendo, bastante controvertidos, como son La Biblia y la Iglesia Católica.
Algunos afirmarán que la visión del autor sobre estos dos temas es un tanto particular. La verdad es que no lo es tanto, ya que muchos comparten la misma forma de ver las cosas.
Sin embargo admito que puede causar alguna controversia. Pero ella no es mala en si misma; y si se hace con altura de miras, puede ayudar a aclarar las ideas.
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En el capitulo III trato de aclarar algunas dudas que suelen surgir durante la lectura de la Biblia y esto es interesante, tanto para los cristianos como para los que no lo son.
Para muchos lo que escribo en este capítulo es algo sabido, me alegro por ellos. Para otros puede ser novedoso, por lo que también me alegro porque significa que estoy haciendo un aporte.
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Queridos amigos: Cuando hago una afirmación relevante no acostumbro a ser categórico porque uno siempre debe estar abierto a ver los asuntos desde diferentes puntos de vista, sin embargo en esta ocasión sí lo voy a ser: EXISTE GRAN IGNORANCIA SOBRE LO QUE ES LA BIBLIA Y SOBRE LO QUE ES LA IGLESIA CATÓLICA”.
La Biblia y la Iglesia, a lo largo de la historia han sido controvertidas y porqué no decirlo, origen de muchos sufrimientos. Y esos sufrimientos, sin duda alguna, son causados por formas erróneas de entender lo que realmente es la Biblia y la Iglesia Católica. Y la verdad es que estos errores lo cometen, tanto los miembros de la Iglesia, como aquellos que no lo son.

Capítulo IV

¿Qué es la Iglesia Católica?
Esta no es una pregunta menor.
No lo es, en primer lugar para los propios católicos, pero tampoco lo es para aquellos que no son parte de la Iglesia, porque Ella es una institución que ha influido en la historia de toda la humanidad, sigue influyendo en la actualidad, y lo seguirá haciendo en el futuro.
Es por esto que debemos reflexionar sobre esta pregunta, porque muchos de los problemas que se relacionan con la Iglesia Católica tienen su origen en una visión errada de lo que realmente es.
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Una correcta comprensión de lo que es la Iglesia Católica es un requisito básico para dialogar con ella. Esta afirmación es valida para todos, sean o no católicos.

Capítulo V


¿Qué es la religión?
Esta pregunta que parece ser tan trivial, no lo es tanto.
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Les propongo un ejercicio. Pidan a sus amigos que definan el significado de “física” y de “religión”. Cuando respondan lo que es la física comprobarán que la gran mayoría dirá que “es el estudio de los fenómenos naturales” o algo muy parecido a eso. Sin embargo cuando definan religión se darán cuenta que van a recibir muchas respuestas diferentes, algunas de ellas poco claras y hasta contradictorias entre si. Incluso habrá una confusión entre lo que es la practica religiosa y lo que es la religión propiamente tal. Hasta la enciclopedia Wikipedia se hace cargo de este problema y comienza diciendo “la religión puede definirse de muchos modos”.
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Todos estarán de acuerdo conmigo en aquí tenemos un problema: ¿Cómo podemos hablar de religión si no estamos de acuerdo qué es religión?.
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Es por esto que en este capitulo propongo una definición de lo que es religión. Esta definición no es caprichosa y doy los argumentos que sostienen mi propuesta.
Si queremos definir en forma concisa lo que es física podemos decir que: es el esfuerzo del ser humano para descubrir las leyes que rigen los fenómenos naturales”. Análogamente podemos definir religión como: El intento del ser humano por responder los problemas existenciales que lo aquejan.
Una vez que todos entendamos lo mismo por religión podremos iniciar un dialogo constructivo y estoy seguro que lograremos ponernos de acuerdo en muchas cosas en que hasta hoy no ha sido posible, precisamente porque entendemos en forma diferente lo que es religión.

Capítulo VI

Toda religión debe ser capaz de responder a los problemas existenciales que el hombre enfrenta solo por el hecho de saber que vive.
Ahora bien, el problema surge cuando existen diferentes respuestas, y como todos sabemos, esta es una realidad.
Las diferentes religiones e incluso algunas filosofías responden a algunas o a todas estas preguntas en forma diferente.
¿Qué podemos hacer?
¿Cómo podemos distinguir las respuestas correctas de las incorrectas?
Incluso es posible que ninguna de las respuestas sea la correcta y finalmente, como sostenía Jean Paul Sartre, esta vida no tenga sentido.
Es precisamente a esta disyuntiva que el hombre moderno está abocado.
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Siempre debemos tener presente que nuestra libertad no consiste en poder hacer cualquier cosa, si no que es la capacidad de elegir bien lo que vamos a hacer. Por esto debemos ser capaces de distinguir las seudo religiones y las seudo filosofías de auto ayuda que hoy proliferan como callampas silvestres, de las proposiciones serias que existen y que se han planteado durante la historia de la humanidad.
No soy Yo el indicado para señalar cuál es el mejor camino a elegir. Esto es algo que cada uno debe resolver desde su propia reflexión. Sin embargo esto no me inhabilita para contarles cuáles han sido mis criterios para discernir la cuestión.
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Trataré de resumir en una pocas líneas el fruto de una reflexión. Lo que les cuento a continuación puede resultar un poco duro, sin ese sentimiento que es tan necesario cuando se habla de problemas tan profundos como es el sentimiento religioso. Debemos tener en cuenta que lo que les voy a explicar a continuación es el resultado de una reflexión que duró mucho tiempo y cuyas conclusiones fueron surgiendo poco a poco.
Dejando esto en claro vamos a los criterios de discernimiento que he ocupado para conocer cual es aquella religión que mejor responde a los problemas existenciales que aquejan al ser humano.
En primer lugar he estudiado las otras tres grandes religiones que hoy existen en el mundo, el judaísmo, el islamismo y el budismo. Si bien no soy un experto en esas religiones, he conocido sus respuestas a los problemas existenciales y las he podido comparar entre si.
En segundo lugar he meditado la racionalidad de los argumentos de cada una y he tratado de discernir cuáles son mas razonables y cuáles menos. Cuáles son mas coherentes con la realidad tal como la conocemos.
En tercer lugar hay que ver “la calidad” del resultado en la aplicación concreta de la doctrina. Por ejemplo; en sus respuestas al problema de la convivencia, ¿Cuál es mas eficiente? O ¿Cuál es capaz de adaptarse mejor a las diferentes realidades culturales y sociales?
En cuarto lugar hice un test que podría llamar el “test del egocentrismo”. Esto quiere decir que me pregunté: esta doctrina: ¿Es funcional a intereses particulares? ¿Existen intereses egocéntricos de un grupo implícita en ella?. A mi juicio toda religión debe ser funcional para todos los hombres y no para un grupo particular de personas; porque si es así, surge la sospecha fundada que lo que se pretende, no es responder satisfactoriamente lo problemas existenciales, si no que cimentar en un absoluto los intereses particulares de un grupo de personas.
No pretendo que estos sean los únicos criterios de discernimiento, pero creo que sí son criterios validos que valen la pena reflexionar.
Muchos encontrarán estos criterios "demasiado racionales" y acepto que lo son, y es por eso que admito de ante mano que no son los únicos: pero, ¿El ser humano no es un ser racional?. ¿No es licito usar esa herramienta, que es el intelecto, para descubrir la verdad?. Si usamos permanentemente la razón para "solucionar" los problemas que el hombre enfrenta en la vida ¿porqué no se puede recurrir a ella para intentar correr el velo del misterio mas importante: la razón por la que vivimos.

Capítulo VII

Les voy a contar una experiencia personal.
Cuando asistí por primera vez a una clase de teología lo hice muy renuentemente. Si bien Yo, hasta ese momento me consideraba católico, por lo menos así había respondido en el censo, estaba consiente que mi religión cojeaba por muchos lados. Pero esto no era por que me considerara un mal católico, en realidad cumplía casi todos los preceptos, iba a misa todos los domingos, me confesaba mas o menos periódicamente, etc. El problema consistía en que en el fondo tenía serias dudas sobre mis creencias, dudas que, por una u otra razón iba postergando su análisis. Siempre habían cosas "mas importantes” que hacer, y el diario vivir me absorbía todo el tiempo. Sin embargo, en mi fuero interno, estaba decidido que algún día le dedicaría suficiente tiempo a “pensar la religión" aun a costa de terminar ateo, aun mas, les debo confesar que creía que iba a terminar ateo, porque cuando llegara ese momento lo haría en la forma lo mas intelectualmente honesta que me fuera posible y yo siempre creí que la religión y la razón no eran muy amigas. No voy a contar en esta ocasión cómo llegue a esa clase de teología, solo les diré que en ese momento creía que entrar a estudiar la religión en profundidad era para mí un poco prematuro, pero si había dado ese paso, lo daría seriamente, sean cuales fueran las consecuencias.
En esa primera clase apareció un profesor al cual Yo lógicamente no conocía, y con un asentó español bastante convincente dijo una frase que a mi me llamó poderosamente la atención: “la fe que no se razona no es fe” y afirmó que eso ya lo decía San Agustín hacía mas de mil seiscientos años. Hasta ese momento las palabras fe y razón eran para mi prácticamente antónimos y no veía cómo se podía hacer esa afirmación.
No me voy a referir cómo siguió el curso ni cómo lentamente fui descubriendo una nueva fe, esta vez totalmente diferente a lo que había creído hasta entonces, pero no solo diferente en cuanto a sus consecuencias concretas de vida, sino que sobretodo diferente en cuanto a su racionalidad, sí leyeron bien, en cuanto a su racionalidad.
Parte de estas ideas he intentado plasmar en este libro. No se si lo he logrado, pero lo que he intentado explicar es que la fe cristiana es mucho mas razonable de lo que comúnmente se cree y que desde ella se pueden responder, repito, razonablemente los problemas existenciales que nos aquejan y una vez que hemos hecho eso se abre el verdadero camino de la felicidad.

Capítulo VIII

¿Porqué nunca hablamos de la muerte?
La respuesta es obvia: Porque le tenemos terror.
Sin embargo tampoco hablamos mucho del sentido de la vida ¿Porqué?
La respuesta a esta pregunta no es tan obvia. Yo creo que es porque no sabemos la respuesta y al no saberla intuimos (quizás subconscientemente) que si se “piensa” o se habla el tema, llegaremos a la conclusión de que la vida no tiene sentido; y si es esta la realidad, todo se transforma en absurdo. Por lo tanto lo mejor es no tratar el asunto y problema solucionado.
¿Puede haber algo mas neurótico que una situación así?
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El inconveniente está en que no nos podemos esconder ni de la muerte ni de una vida sin sentido. Son dos cosas demasiado importantes y vitales para todos los hombres; y si no los enfrentamos, no seremos nunca felices. Porque todo lo que hagamos y todo lo que tengamos nunca sustituirán, ni menos ocultarán, estos dos problemas existenciales.

Capítulo IX

La relación entre religión y ciencia siempre ha sido problemática.
No nos vamos a detener aquí en la historia de los conflictos porque es bien conocida por todos. Solo creo conveniente decir que la anécdota que cuento en este capítulo del libro, que por lo demás es bastante conocida, nos puede iluminar un poco.
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Creo que la mayoría de los conflictos entre la religión y las ciencias se han debido a que no se han respetado los limites del conocimiento que cada una de estas disciplinas tiene naturalmente.
Debo reconocer que, por lo menos hasta hace un tiempo, fue la religión la que en la mayoría de los casos trasgredió esa frontera. Sin embargo también creo que aprendió la lección y hoy día, por lo menos por parte del cristianismo, es poco frecuente. Pero con la misma claridad que he afirmado lo anterior, creo que hoy día son las ciencias las que invaden el territorio de la religión. Hoy mas que nunca las consecuencias de la practica científica, tanto de las ciencias experimentales como sociales entran al espacio moral y ético que es un campo donde la religión tiene necesariamente mucho que decir.
Creo que negarle el derecho que tiene la religión para intervenir en la discusión ética dentro de la sociedad, es tan absurdo como lo ocurrido con Galileo Galilei, que en nombre de la religión, se le negó opinar sobre hechos científicos.
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La comprensión por parte de la sociedad secular de dónde nace el derecho que tienen las religiones para opinar en materias éticas y morales, es fundamental para solucionar este conflicto, de demasiada frecuente ocurrencia en las democracias occidentales.

Capítulo X


Voy a transcribir un pequeño párrafo que me parece especialmente interesante y que refleja el modo de pensar del protagonista del cuento.
Invito a los lectores a pensar este tema:
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"El Burro hizo una pausa y apoyándose en un el tronco de un árbol seco reanudó el razonamiento.
Algo es bueno o es malo, no porque Dios lo acepte o lo prohíba, sino que Dios acepta o prohíbe algo porque aquello es bueno o es malo. Por ejemplo, el adulterio no es malo porque Jesucristo lo dijo, sino que Jesucristo dijo que el adulterio era malo porque trae las consecuencias que todos conocemos.
Y a continuación enfatizó una idea que para él era central, aunque pocas veces dicha: –para el católico no puede haber contradicción entre lo que Dios nos revela y el mundo entendido racionalmente, porque ese mundo es creación del mismo Dios."

Capítulo XI

¿Cuántas veces elevamos normas o incluso simples costumbres a la calidad de preceptos fundamentales de nuestra religión?
¿Cuántas discusiones interminables sobre asuntos religiosos tienen precisamente esta causa?.
Es común que se armen grandes controversias sobre asuntos como el celibato sacerdotal, la ordenación de mujeres, o sobre la conveniencia de tal o cual método anti conceptivo. No quiero decir con esto que estos temas no sean importantes, pero de ningún modo son “pilares de la fe católica” y es un error garrafal elevarlos a tal categoría. Si se quiere discutir estos asuntos y otros por el estilo hay que hacerlo pensando en qué es mas conveniente para la misión de la Iglesia, que como lo hemos repetido varias veces en el libro es “la construcción del reino de Dios entre nosotros”.
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Existe consenso en que Occidente está experimentando un cambio cultural importante y cuando una cultura está cambiando de época la labor de la Iglesia es “inculturizarse” en la nueva cultura y no intentar arrastrar las costumbres ni los modos de pensar de la cultura antigua.
Esto no significa claudicar de los principios, al contrario, es volcar esos principios en la nueva cultura precisamente para cristianizarla. Es en este proceso cuando los miembros de la Iglesia, o sea todos los Católicos que nos consideramos tales, debemos ser especialmente lúcidos para poder realizar esta difícil tarea.

Capítulo XII

Este fue el ultimo capitulo que incorporé al libro. El tema de "la crucifixión de Cristo para el perdón de los pecados" era un tema que no tenía resuelto.
Me molestaba profundamente que mi Dios, al que yo veía como esencialmente misericordioso, hubiera necesitado un sacrificio tan atroz para perdonarnos. Sencillamente eso no era posible.
Sin embargo subsistía el problema. Los hechos históricos nos dicen que Cristo murió como todos sabemos que lo hizo. Esto significaría que Dios, si no propició expresamente esa forma de morir, al menos permitió que aquello ocurriera, por lo que podríamos decir que "pecó de omisión". Algo no calzaba.
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Todo empezó a aclararse a mediados del 2004 cuando asistí a una conferencia del padre José María Castillo sj. En esa ocasión explicó aquello que puse en el libro sobre la tradición judicial romana. A partir de allí empecé a investigar mas profundamente el tema y descubrí, en primer lugar, que los evangelios no decían nada al respecto. No explican porqué Jesús murió como murió y solo relatan los acontecimientos que ocurrieron sin darle un sentido especifico a una muerte tan atroz. Luego recorrí los otros textos del Nuevo Testamento encontrándome con la sorpresa que existen en ellos, incluso en las cartas de Pablo, múltiples interpretaciones diferentes al hecho de que Cristo haya muerto en la cruz. Después de caminar mucho el tema, llegué a la conclusión de que Pablo y Pedro ocuparon en sus cartas el ejemplo de la cruz para reforzar las ideas que querían expresar, pero en ningún caso quisieron hacer una especie de "opinión jurídica" sobre la cruz, como se desprende, a primera vista, de la afirmación que estamos analizando.
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Sin duda alguna que la interpretación que hago de la cruz es una interpretación absolutamente personal y que tiene que ver con los signos de los tiempos (me refiero a los tiempos actuales). Hoy en día nos violenta el sufrimiento del inocente mas que en la antigüedad. (Aunque hay que reconocer que es un tema importante en el A.T. que lo trata, entre otros en Job). Pero la gran riqueza de la vida de Jesús es precisamente esa, se pueden sacar de ella las enseñanzas que se necesitan de acuerdo a las preguntas existenciales que surgen en las diferentes culturas y épocas.
Quizás es ésta la razón por la cual Jesús no escribió nada y prefirió que sea su propia vida el mensaje de salvación.

Capítulo XIII

¿Cómo es Dios?
Es un hecho innegable que la imagen que cada creyente tiene de Dios difiere mucho; incluso perteneciendo a la misma religión.
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Es razonable asumir que, sea cual fuere la imagen de Dios que tengamos, ésta va a ser parcial. Es lógico aceptar que no se puede conocer a Dios en toda su dimensión. Sin embargo creo que no solo es licito, si no que es necesario intentar saber cuál es la relación que tiene Dios con nosotros y desde ahí es desde donde se debe comenzar el análisis de la cuestión.
Para el cristiano la mejor forma de resolver esta duda es recurriendo a los evangelios que, si bien no tienen como objeto central mostrar “el rostro de Dios”, podemos deducir algunas ideas básicas de cómo es El.
Es por lo tanto, desde mi lectura de los evangelios que hago la propuesta que se resume en la frase final de este capitulo: “sin duda Dios es más que un padre y también es más que una madre, pero la mayor virtud que tiene es el amor incondicional que nos profesa, y esa es la característica con la que se distingue siempre a las madres”

Capítulo XIV


"En realidad no sabía porqué había tenido esta larga conversación con aquellos dos personajes en un momento tan crucial de su vida. Quizás porque tenía la esperanza de que algún día, cuando fueran ancianos, al recordar este episodio, se darían cuenta de que las cosas, en ocasiones, no son lo que aparentan. Que si se dan el tiempo para reflexionar con una mente libre, podrán descubrir la verdad, aquella verdad que, al encontrarla, comprenderán que no estaba tan oculta."
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En esta oportunidad quiero detenerme en este párrafo del ultimo capitulo, especialmente en la frase que dice: "Que si se dan el tiempo para reflexionar con una mente libre".
¡Qué difícil es reflexionar con una mente libre!
El problema está en que estamos encadenados a un sin numero de prejuicios, estereotipos, ideas pre concebidas y tantas cosas mas, que no nos dejan pensar libremente.
Es muy común que nuestras opiniones las amarremos a lo que opinan otros. Es frecuente que digamos: "si esto lo dijo fulano, entonces está bien porque es tan inteligente" o "si aquello lo afirmo zutano esta mal porque es tan retrogrado".
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Amigos: La verdad debe valer por si sola y no por quien la expresa.
Eso significa pensar libremente y ésta es la invitación que hago en el ultimo capítulo del libro: Seamos capases de pensar los temas importantes de la vida por nosotros mismos.

Entrada para comentarios finales

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lunes, 8 de enero de 2007

Estas son algunas frases destacadas del libro

Hemos creado una civilización en que el hombre feliz es aquel que durante el día por su trabajo, y en la noche por su cansancio, no tiene tiempo de pensar en nada.

¿Cómo puedes decir que eres feliz si no eres mas que un animal de carga? Le preguntó el Tigre.
La paz interior que siento no tiene nada que ver con las condiciones de vida que me ha tocado vivir. Le respondió el Burro.

La vida puede experimentarse, por encima de los fuegos artificiales de la técnica, del progreso y del consumo, como tremendamente decepcionante y hasta absurda….. Lo que un escritor expresó magistralmente en la frase: “Esa insoportable levedad del ser”.

Tanto el Tigre como el Camello advirtieron que por primera vez el Burro había admitido que era católico. Sin embargo en el transcurso de las próximas horas los dos animales se darían cuenta de que era un católico un tanto especial.

En realidad el Burro no sabía porqué había tenido esta larga conversación con aquellos dos personajes en un momento tan crucial de su vida. Quizás porque tenía la esperanza de que algún día, cuando fueran ancianos, al recordar este episodio, se darían cuenta de que las cosas, en ocasiones, no son lo que aparentan. Que si se dan el tiempo para reflexionar con una mente libre, podrán descubrir la verdad, aquella verdad que, al encontrarla, comprenderán que no estaba tan oculta.